BIOGRAFÍA

Javi Martín

...Y la nostalgia perdió su labia, se ha retirado a descansar.

divider
grafiti

TODO COMENZÓ CON -

Un a que no, los primeros acordes,
y Trovadores

Un Casio monofónico con espantosos ritmos cayó en mis manos con 12 años y experimente, a falta de otros placeres más carnales, el inmenso goce de componer una melodía, grabarla en una casete e incluso cantarla. Lástima que esta cinta cayese en manos de mi hermano, quien, tras escucharla, no vacilo al decirme: ¿tú te has dado cuenta de lo mal que cantas? Creo que fue aquí cuando fui consciente de que, aunque santanderino de nacimiento, me sentía navarro por todos los costados. Aquella frase de mi hermano me sonó a un «aquenó…» ¿A que no? – recuerdo que pensé- te vas a enterar…No sé si sigue pensando lo mismo acerca de mi voz pero al menos no me lo ha vuelto a decir, lo cual ya es un logro para mi autoestima.

En pocas líneas nos hemos plantado en los 18 años, edad en la que comencé a dar los primeros acordes en la guitarra con la ayuda de las manos y paciencia de Kiko Sagardoy que me situaba los dedos en los trastes adecuados. Pronto, azuzado por la pasión y curiosidad juvenil nació la primera canción. Y tras ella muchas otras, como un torrente incesante. Creo que en esos primeros años parí más canciones que en todo el resto de mi vida musical…

En pocas líneas nos hemos plantado en los 18 años, edad en la que comencé a dar los primeros acordes en la guitarra con la ayuda de las manos y paciencia de Kiko Sagardoy que me situaba los dedos en los trastes adecuados. Pronto, azuzado por la pasión y curiosidad juvenil nació la primera canción.

Y tras ella muchas otras, como un torrente incesante. Creo que en esos primeros años parí más canciones que en todo el resto de mi vida musical…

Y pronto también descubrí que el café solo es bueno, pero que aún lo es más con compañía. Y surgió «Trovadores», mitad bufones, mitad juglares, amistad completa. Con ellos aprendí algo de lo que sé musicalmente y mucho de lo que soy. Juntos recorrimos pueblos de Navarra y de allende de nuestras fronteras, compartimos éxitos y los correspondientes fracasos.

Tras ser durante tres años merecedores del segundo premio en el Certamen de Cantautores de Navarra, en 1990 (¡por fin!) deciden que somos más que segundones y nos dan un primer premio que nos sirvió para divertirnos grabando una maqueta, conseguir algunos conciertos…y poco más. Jamás se ha apoyado la música de cantautor desde las Administraciones, por muy bueno o malo que fueses.

«Y es que me falta tu voz», «Hay una fuente», «En la ciudad», «El sheriff gallina» o «Nube blanca» fueron temas con los que conseguimos que no sólo nuestras voces los cantasen sino las de tantos amigos en tantas cenas y hogueras…

Tras unos años de conciertos para matar el gusanillo y ensayos a horas intempestivas en Labiano, Osinaga, Berrioplano…»Trovadores» cumplió diez años, los celebramos por todo lo alto con concierto incluido y…ahí se acabó una bonita historia. Me refiero a la musical, claro; la amistad no se borra.

Llegaron las bodas, los hijos…esas elecciones que uno hace desde su libertad y de las que, por mucho que interfieran en su pasión por la música, jamás podría arrepentirme. En 1999, sin embargo, visto que las cuatro paredes de casa se me quedaban pequeñas y que mis hijos eran un público agradecido pero escaso e imparcial, intenté retomar la aventura de la canción de autor en grupo, y echando mano de Santi Maiza y Amaia Casanova, ex compañeros de Trovadores, formamos el grupo «De 9 a 12» cuyo primer objetivo fue grabar un disco. En «Y por fin los feos ganan» reunimos 12 temas que quedaron coquetos, pero tras un simpático concierto de presentación con marioneta incluida, la cosa no dio para más. No conseguíamos hacer coincidir nuestro senderos. Vamos, dicho de un modo menos poético: no había manera de quedar para ensayar.

La carrera en solitario y Ojalá
Las primeras maquetas y grabaciones
Nunca fue tarde...

Y dado que estaba por la labor de retomar la música para no dejarla ya nunca más fuera de mi vida, seguí con la ilusión (o la neura) totalmente en solitario. Impulsado por el descubrimiento de las nuevas tecnologías y tras no poco esfuerzo, conseguí grabar una maqueta en mi estudio casero, a la cual puse el título de «Náufrago» por aquello de haber ido tanto a la deriva musicalmente. De alguna manera aquello supuso un punto y aparte, Un inicio en la búsqueda de un estilo propio como cantautor en solitario acompañado por un mayor esfuerzo en trabajarme el estudio de la guitarra.

Una nominación como finalista en los Certamenes AMI de internet supuso un nuevo espaldarazo y ánimo para seguir en esa dirección. Nació otra nueva maqueta, «Oigo voces», esta vez con arreglos más trabajados, pero también totalmente casera. Aún así, a mis treintaypico seguía en búsqueda de un estilo y personalidad musical. Enmarcado en ese proceso de búsqueda sitúo el logro de acceder como semifinalista al IV Certamen de Cantautores de Melilla en el año 2004. Aquello me sirvió para ver cuánto cantautor bueno había suelto por toda la península y fuera de ella, cuánto me quedaba por aprender y cuánto había por hacer…

Y como había mucho que hacer, me puse manos a la obra y en el 2005 nació la Asociación de cantautores «Ojalá». Un sueño hecho realidad, una deuda pendiente conmigo mismo y, sobre todo, un grupo de personas de las que aprendo y con quienes compartimos buenos momentos y puntos de mira parejos. No cito a nadie porque son muchos y porque ellos saben de sobra que hay cien mil cosas que valen más que un nombre…
Y llegamos a 2007, sentado enfrente del ordenador, este amigo cuya sangre está compuesta de ceros y unos que tantas puertas me ha abierto. Con él y las posibilidades que ofrece como aliado, fusionándolo con palabras no tan prolíficas como hace 20 años pero sí más precisas , una guitarra de corazón trovadoresco y la obsesión por dejar un mensaje en cada puñado de versos cantados, nace «Nunca es tarde».

divider

MEDICINA PARA TIEMPOS DE CRISIS

El bardo escaldao y
Poemas antiniebla

Los últimos años, inmerso como todos en una situación de emparedado entre los inteerses económicos y políticos mundiales, hacen que me sienta en la obligación de dar pasos adelanto en cuanto al compromiso con mi mundo, el mundo de todos. De ahí surgió la necesidad de crear junto con otros socios «El bardo escaldao», un punto de encuentro cultural donde ofrecer nuestros conciertos y otro tipo de expresiones culturales. Y por otro lado, van naciendo los temas de lo que ha sido mi último disco, «Poemas antiniebla», diez canciones que quieren ser diez flechas sin veneno que lleguen directas al corazón. Palabras comprometidas, palabras dulces, palabras conciliadoras, palabras solidarias, palabras duras cuando lo creo necesario…palabras, que cuando se unen a la música pueden ser un arma poderosa, capaz de remover lo profundo de cada uno y dar pasos adelante, palabras que originan a menudo hechos mágicos. Pero sobre todo palabras que nos den esperanza y ánimo…

Canciones que se agigantan
La banda y unas
baladas en la recámara

Josu Erviti y Carlos Colina fueron los productores de Poemas antiniebla. Carlos, ha estado siempre a mi lado desde los inicios de Ojalá, alentando y haciendo más grades mis canciones. El descubrimiento del gran Josu Erviti, batería y productor en Poemas antiniebla, no podía desperdiciarse y fue el quien se encargó de producir el último disco, «Baladas en la recámara», en el que las canciones crecieron más que nunca, electrificadas, deseosas de ser gritadas más que cantadas.

divider
ESCUCHA A JAVI MARTIN